ADICCIÓN A LA
COCAÍNA. TRATAMIENTO.
Los efectos de la cocaína, en dosis bajas (aproximadamente hasta 200 mg.) y a corto plazo son: euforia, aumento en el
estado de alerta, percepción de mayor capacidad para el trabajo físico e intelectual, disminución de la fatiga, del hambre, del sueño, locuacidad, entre otros. Además, produce temblor, dilatación de
las pupilas, inquietud, náuseas, aumento de la temperatura corporal, del ritmo cardiaco y de la presión arterial. A medio y largo plazo se pueden presentar hemorragias nasales, complicaciones
respiratorias (debido a la perforación del tabique nasal), cardiovasculares, neurológicas, gastrointestinales, o lesiones en la piel que resultan de alucinaciones táctiles, como sentir insectos.
Además, los usuarios pueden sufrir depresión, somnolencia y una fuerte necesidad de obtener la droga.
¿SOY ADICTA/O A LA
COCAÍNA?.
La cocaína es una sustancia con un efecto muy fuerte sobre el sistema nervioso central y, por lo tanto, con una
capacidad de producir dependencia o abuso muy alta. De esta manera, el uso “controlado” de la cocaína
es realmente complicado, y los efectos que posee a corto y largo
plazo son sumamente graves, física, psicológica y socialmente hablando.
Si quieres saber si eres adicto o caminas hacia
la adicción,
puedes contestar estas preguntas (este no es el método más adecuado para realizar el diagnóstico pero te podrás hacer una idea).
¿Sientes una necesidad de cantidades marcadamente crecientes de cocaína para conseguir la intoxicación o el
efecto deseado?
¿El efecto de las mismas cantidades de cocaína disminuye claramente con el consumo continuado? Cuando no has
consumido cocaína, ¿experimentas hipersomnia (mucho sueño), aumento del apetito y estado de ánimo disfórico (tristeza, apatía)?
¿Tomas cocaína para aliviar o evitar los síntomas de la abstinencia?
¿Consumes cocaína en cantidades mayores o durante un período de tiempo más largo de lo que inicialmente
pretendías?
¿Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo de
cocaína?
¿Empleas mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de cocaína, en el consumo de la sustancia o en la
recuperación de los efectos de la cocaína?
¿Sientes que has reducido tu dedicación a actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo de
cocaína?
¿Continuas tomando cocaína a pesar de tener conciencia de problemas psicológicos o físicos reincidentes o
persistentes, que parecen causados o exacerbados por el consumo de la sustancia (p. ej., consumo de la cocaína a pesar de saber que provoca depresión)? ¿Considerarías que haces un consumo recurrente
de cocaína y este consumo da lugar al incumplimiento de obligaciones en el trabajo, la escuela o en casa? (p. ej., ausencias repetidas o rendimiento pobre en el trabajo; ausencias, suspensiones o
expulsiones de la escuela; descuido de los niños o de las obligaciones de la casa).
¿Consumes recurrentemente cocaína en situaciones en las que hacerlo es físicamente peligroso? (p. ej. conducir un
automóvil o accionar una máquina bajo los efectos de la cocaína).
¿Has tenido problemas legales repetidos relacionados con la cocaína? (p. ej. Arrestos por comportamiento escandaloso
debido al consumo de cocaína). ¿Continuas consumiendo cocaína a pesar de tener problemas sociales continuos o recurrentes o problemas interpersonales causados o exacerbados por los efectos de la
cocaína? (p. ej. discusiones con la esposa acerca de las consecuencias de la intoxicación, o violencia física).
Si has contestado afirmativamente al menos
a 5 preguntas tienes un problema serio con la cocaína y si has contestado a más de 5 puede que ya seas adicto o
vayas directo a serlo.
La terapia cognitiva conductual fue desarrollada como un método de prevención de recaídas en el tratamiento de problemas de alcohol y luego fue adaptada para adictos a la cocaína. Las estrategias de la conducta cognitiva se basan en la teoría de que los procesos de aprendizaje desempeñan un papel crucial en el desarrollo de patrones de conductas inadaptadas. Los pacientes aprenden a identificar y corregir conductas problemáticas mediante la aplicación de varias destrezas que pueden usarse para interrumpir el abuso de drogas y abordar muchos otros problemas que suelen presentarse simultáneamente.
La terapia cognitiva conductual suele consistir en una serie de estrategias concebidas para mejorar el autocontrol. Las técnicas específicas incluyen la exploración de las consecuencias positivas y negativas del uso continuado, el auto-monitoreo para reconocer la compulsión por las drogas en una etapa temprana y para identificar situaciones de alto riesgo para el uso, y la elaboración de estrategias para afrontar y evitar las situaciones de alto riesgo y el deseo de usar drogas. Un elemento central de este tratamiento es anticipar posibles problemas y ayudar a los pacientes a desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces.
Las investigaciones indican que las destrezas que aprenden los pacientes a través de los enfoques de la conducta cognitiva persisten después de terminar el tratamiento. En varios estudios, la mayoría de las personas que recibieron un enfoque de conducta cognitiva conservaron los logros que habían obtenido en el tratamiento durante el año siguiente.
TRATAMIENTO DE LA ADICCIÓN AL JUEGO
(LUDOPATÍA)
Es un trastorno en el que la persona se ve obligada, por una urgencia psicológicamente incontrolable, a jugar. Aunque existen factores sociales, culturales e incluso bioquímicos en el juego
patológico, está considerado un trastorno de características psicológicas.
Es un trastorno persistente y progresivo de la conducta que acaba en una dependencia emocional y psicológica respecto al juego. Es decir, implica deterioro progresivo en la conducta de juego,
partiendo de momentos iniciales en los que el juego y las apuestas son escasos hasta llegar al juego patológico y persistente, que puede desarrollarse a lo largo de períodos de 10 a 15
años.
Es un trastorno que llega a afectar de forma negativa la vida personal, familiar, social y vocacional de la persona que lo sufre que suele basarse en una falta
de control de impusos, una ilusión de control con respecto al juego y la generación
de nerviosismo o ansiedad.
INTERVENCIÓN EN LAS SIGUIENTES ÁREAS:
- Adicción a las máquinas tragaperras.
- Adicción al bingo.
- Adicción a la lotería.
- Adicción a los casinos reales o virtuales.
- Adicción al póker (juegos de mesa).
- Adicción a las apuestas (legales o ilegegales, apuestas deportivas o de otro tipo).
- Adicción a los videojuegos.
Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, 1995) el comportamiento de juego desadaptativo será caracterizado por lo menos por cinco o más de los siguientes criterios:
Si te reconoces en cinco de estos puntos o más, puede que tengas un problema de juego patológico.
Tratamiento del juego patológico (ludopatía): Javier Brotons. Psicólogo. Tel: 600440004.
ADICCIÓN A INTERNET.
Crear una única definición para este tipo de adicción es difícil porque el término cubre un amplio espectro de adicciones. Muchas personas están literalmente enganchadas al ordenador como un objeto físico: se vuelven adictas a actividades realizadas en el ordenador, como por ejemplo chatear, navegar por Internet, jugar online, etc. Eventualmente, el uso excesivo de los ordenadores puede pasarnos factura emocionalmente. El usuario poco a poco y gradualmente va creando un mundo artificial. Se sabe que el uso constante y poco responsable de los juegos de ordenador, puede causar que las personas valoren más, los hechos emocionales ocurridos dentro del juego, que cosas de la vida real.
Básicamente estos son los síntomas que definen la adicción: 1- largos períodos de acceso a internet y aumento progresivo de su frecuencia: las horas de conexión se van incrementando hasta alcanzar un nivel medio por encima de las 10 horas diarias, 2- se muestran conductas, pensamientos o deseos tendentes a controlar el tiempo de conexión desarrollando determinados intentos que suelen fracasar sistemáticamente y este fracaso produce frustración y pensamientos de tipo negativo, 3- se reduce significativamente el tiempo dedicado a actividades de tipo social, laboral o de ocio, produciéndose un aislamiento social (fuera del ámbito de la red) y problemas laborales y/o académicos (en la población más joven), aparecen problemas con la pareja y los hijos y un abandono de la relación con determinadas personas significativas (p.ej.: amigos), 4- se detectan problemas de falta de sueño que inciden negativamente sobre el rendimiento, una mala o deficiente alimentación que comporta un incremento o decremento en el peso e incluso cierto abandono de la higiene personal, 5- se pueden observar movimientos de tipo compulsivo tales como: movimientos repetitivos de los dedos simulando el tecleo y/o movimientos también repetitivos de la mano simulando el movimiento del ratón y 6- ansiedad, fantasías o sueños en relación con la red y pensamientos obsesivos sobre lo que está pasando en internet.
ADICCIÓN AL TRABAJO.
El trabajo aparte de ser nuestra fuente más habitual de ingresos posee otras
características que influyen en la salud mental de las personas: estructura el tiempo diario, nos permite desarrollar determinado nivel de actividad, nos proporciona relaciones sociales y un sentido
de la utilidad (hace que nos sintamos útiles). Por ello, es bastante evidente que necesitamos determinado nivel de trabajo (número de horas semanales, tiempo global de dedicación, esfuerzo
invertido....) para mantener nuestro nivel de autoestima. Pero la llamada sociedad de consumo influye con fuerza potenciando en muchos individuos una progresiva mayor dedicación al trabajo o incluso
la búsqueda de un trabajo añadido (pluriempleo) en aras a aumentar los ingresos y poder aumentar también el nivel de consumo reduciendo al mínimo el tiempo libre o de ocio. Además, la competitividad
de un mercado cada vez más globalizado y el uso cada vez mayor de las tecnologías de la comunicación y la información hacen que se pueda trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento
incidiendo en la total “disponibilidad” laboral del trabajador.
Es en este contexto donde se puede dar un trastorno psicológico que se caracteriza
básicamente por una pérdida de control sobre la actividad desarrollada en el trabajo: la adicción al trabajo (laborodependencia).
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